El dia que se paralizo la Quema

Esta tapa Nº4 no pudo ser porque salió la de las Piletas en la Quemita. Fue un partido emocionante en la fecha Nº13, un sábado por la noche en Noviembre de 1999 del Clausura contra Banfield, ibamos perdiendo, luego del accidente se dio vuelta ganamos 3 a 2, fue un partido, creo, el más emotivo de mi vida y de muchos. Aquí un fragmento de una nota de Clarín:
Diego Graieb tiene la vida entera mirando al hombre que está a su lado. Y es también su vida entera la que parece hablar cuando, sin vueltas, escoge las únicas palabras con que puede explicar quién es ese hombre. Mira al médico Edgardo Locaso. Y dice: Estoy vivo gracias a él.Diego Graieb es futbolista y pronuncia una sentencia que resuena como la verdad más profunda de la Tierra: está vivo gracias a Locaso. Los dos pueden contarlo ahora, entre los silencios del estadio de Huracán vacío, durante un miércoles de pura alegría en el que empiezan a guardar en el pasado un sábado, el último, de puro espanto. La historia impactó a la Argentina. Graieb estaba jugando para Huracán y contra Banfield un partido del torneo de Primera B Nacional. A los 19 minutos del segundo tiempo saltó y, por accidente, chocó su cabeza contra la de Cristian Ruffini. Graieb cayó sin gestos, sin sensaciones y sin nada que hiciera advertir que, al menos, tenía dolor. Cayó y no se movió más. Ahí apareció Locaso.Le dije al kinesiólogo Daniel Arias que fuéramos enseguida, narra Locaso, que recorre las precisiones de ese momento atroz que todavía le incendia la memoria.